Xbox 360 fue la consola con la que decidí empezar esta generación que está a punto de acabar. Decidí que fuese ella por varias razones, como puedan ser que estaba muy bien de precio en su versión arcade y que era sin duda la consola con un mejor catálogo en aquella época en la que la compre (hoy día PS3 va muy por delante).
Recuerdo que me costó 200 euros en la comentada versión arcade más Sega Superstars Tennis, y decidí comprar dicha versión en lugar de otra que tuviese disco duro porque no tenía intención de descargar nada, sino solo comprar físico, y como a diferencia de PS3, no era necesario instalar ninguno de sus juegos, no lo vi necesario y pensé que con una tarjeta de memoria de 250 megas tendría más que de sobra... Al final no me salió así, pues aunque pasó mucho tiempo hasta que tuve un problema, al final ocurrió que no podía tener en mi tarjeta de memoria la actualización más actual y aun así mantener todas las partidas que tenía en ese momento. Por suerte, me ocurrió justamente con Dragon Age 2, el último juego que he comprado y compraré (salvo que encuentre algo muy tirado de precio) y no años antes, cuando aún le daba caña a la consola. Así que para poder jugarlo tuve que volver al sistema de la consola inicial, sin poder acceder a Internet, pero me dio igual, la verdad.
Pero el precio no fue lo que realmente me convenció para comprar Xbox 360 en lugar de PS3 o Wii, sino su grandioso catálogo de aquella época. Microsoft quiso llegar al público japonés, y para ello se hizo con JRPGs tan increíbles como Blue Dragon o Lost Odyssey, y fueron precisamente estos dos juegos los que me hicieron tomar la decisión final.
Como Sega Superstars Tennis, aunque divertido, no era un juego que yo buscase (pero venía gratis con la consola, me salía igual con o sin juego), me compré Blue Dragon, que estaba a 30 euros y tenía unas ganas locas de tenerlo. Ya hablé de él en este blog, así que volveré a hacerlo.
En los siguientes meses me hice con el mencionado Lost Odyssey y otros muchos grandes juegos que me han hecho pasar unos horas buenísimas frente a la consola (todos ellos comentaros en este blog). Por todo ello, no me arrepiento en absoluto de haberme comprado Xbox 360, pues ha sido una gran consola durante varios años.
El problema que tiene es que desde que llego Kinect, todo ha ido cuesta abajo. No es que esté en contra de Kinect, al contrario, es un buen invento con el que muchas personas que antes no podían disfrutar de los videojuegos han podido llegar a hacerlo, además de que muchos otros han podido disfrutar del aparatito en cuestión, pero desde luego, a mí no me gusta ni lo más mínimo.
Pero la cuestión es que Microsoft no ha sabido compaginar Kinect y los juegos para él y los juegos de siempre, y comenzó a centrarse mucho en el nuevo periférico, dejando de lado lo demás. Desde entonces no han salido más que mierdas para la consola, siendo los únicos juegos buenos los que también salían para PS3. Vamos, que exclusivos de calidad dejaron de salir de golpe y aun hoy día la cosa sigue igual.
Y si ya Kinect había hecho que Microsoft dejase de lado a los jugadores de toda la vida, incluyendo a los que en un principio, como yo, la compraron para disfrutar de títulos japoneses de calidad, cuando ya lo tenían todo listo para anunciar Xbox One, su nueva consola, es cuando más han pasado de ella. Aunque esto es algo que no solo hace Microsoft, Nintendo es igual con sus consolas. Sony es la única que sigue apostando por sus consolas incluso cuando han sacado otra nueva, puede que no de la misma forma, pero al menos no cortan el grifo de golpe como las demás.
Así que lo dicho, Xbox 360, aun cuando no ha salido Xbox One, ha muerto, siendo los únicos juegos buenos que recibe los que comparte con PS3 y a veces con WiiU. ¿Y esto qué indica? Para mí, algo muy simple, que no puedo confiar en ellos y su nueva consola, porque me han demostrado que no saben hacer bien las cosas, como cuando vieron que no eran capaces de llegar a los japoneses y dejaron de ofrecer títulos de estilo oriental, sin importarles en absoluto los que confiaron en ellos. Además de eso, sé que como se les ocurra algún invento nuevo que cambie la forma de jugar como pasó con Kinect, se centrarán en ella y que le den por culo a los demás. Sony sacó Move, pero sin olvidar a los que no querían nada de ese periférico. Y más todavía... cuando quede poco para que saquen otra consola, lo notaremos porque pasaran de Xbox One como han pasado de Xbox 360.
En esta generación he tenido Xbox 360, luego Playstation 3 y más tarde Wii. Vamos, todas... Pero como he dicho, no tendré One, y WiiU ni de coña, no me gustan sus juegos (pronto hablaré también de lo que me ha parecido la vida de Wii). Así que mi próxima consola está clara, Playstation 4, y mejor, así me puedo centrar en una sola y no en tantas. Y es que aunque como he dicho antes, no me arrepiento de haber tenido Xbox 360 aunque solo haya sido por sus primeros años, dudo horrores que pudiese pasar lo mismo con la siguiente.
Aquí lo dejo, diciendo de forma resumida que Xbox 360 mejoró lo visto en Xbox, dándonos juegos increíbles, y teniendo el privilegio de disponer del mejor juego de la generación, Lost Odyssey, pero que se ha ido desinflando con el tiempo hasta dejarnos con un bonito pisapapeles que en su momento fue una máquina increíble. Pena que haya acabado así.
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